jueves, octubre 13, 2005

Oboba


Ayer tuvimos la grandísima, quiero decir, genial idea de ir al cine. La película elegida fue Obaba, o mejor dicho, Oboba, como la rebautizó Héctor gracias al pelo odioso de la Pili López de Ayala, a la que por cierto voy a llamar Carlota (por Al Salir de Clase, esa gran serie que la parió).
Bien. Asistimos al suicidio de dos horas de nuestras preciadas vidas Rebe, Eloy, Martha, Héctor y yo. Ya en los tráilers, cabreo, quiero decir, indignación pitita: anuncian una peli de una brujita repelente llamada Bibi. Yo empecé a decir que era un jodido plagio de mi amado Harry, quiero decir, Jarri. Rebe, casi más indignada, dice que no, que hay muchas pelis de brujas y que no se parece a Jarri. LOS COJONES. Al final, cuando pusieron la música Rebe tuvo que retractarse. ¡¡Plagio!! Seguimos en los putos tráilers y Rebe me pregunta: "Oye, la peli no irá de la Guerra Civil o de la posguerra, que estoy hasta las narices". Yo: "..." Lo único que sabía era que salía Carlota... vestida como de posguerra.
Bueno, empieza la peli. Quiero decir, el coñazo. Sale una tía con corte de etarra (¿por qué ese pelo?), quiero decir, sale su cara en grande y empieza a contar una historia sin sentido. Luego se va a un pueblo donde se encuentra a un tío, quiero decir, a Juan Diego Botto con pelito kale borroka, un personaje que Héctor no paró de preguntarse que para qué estaba. Contestación: para echar el polvo imprescindible en toda peli española. Quiero decir.
Después de un rato de lagartos y curvas, hay un flashback con Carlota creyéndose Michael Jackson. En ese momento Eloy casi se pira del cine. Quiero decir.
A todo esto, empieza a vibrar el móvil de Martha. ¿Quién era? Sí, lo habéis adivinado: ¡¡SATÁN!! Empiezan a hablar y se lo pasa a Héctor, que en medio de la conversación dice: "Porque estoy en el cine". Y yo me imaginé, quiero decir, pensé que Sati le había preguntado que por qué hablaba bajito... Efectivamente. Quiero decir.
No voy a seguir contando cosas de la peli porque me puedo quedar dormida recordándola. Quiero decir, que fue un coñazo de los buenos, aunque la verdad es que no me disgustó tanto. Sólo me jodió haber perdido horas de Play, a la que estuvimos Héctor, su primo y yo viciados hasta altas horas de la noche.
Por cierto, ¿a que estáis hasta la polla de tanto "quiero decir"? Sumarle otros mil y tendréis el único sentimiento (a parte del sopor) que produce Oboba. Y además Carlota casi no sale.