lunes, septiembre 26, 2005

El finde

Jarl jarl vaya finde... Han venido las Amparos de Gijón y, la verdad, tampoco me acuerdo mucho de su paso por Madrid porque la mayor parte de su estancia la he pasado borracha. Amparo! El viernes estuvimos de botellón en casa de Noe y se vinieron Vero, Mar y Monstruito, además de dos pijos supermegaoseaqueguaysomos. Uno de ellos (creo que se llamaba Juan) era increíble... Apareció con una americana como de terciopelo (AARRGGHH!!) y un fular granate (AAAAAAARRRRRRGGGGHHHH!!!!). Lo primero que dijo (con acento de Tamarita Falcó) fue: "Si queréis voy a por hielo en mi moto". Y nosotras, "a ver, hay un Opencor como a dos pasos...". Luego soltó la perlita de la noche: "Oye, ¿alguna de vosotras tiene cacao? Es que tengo los labios muy secos". ¿¿¿¿¿¿?????? Me muero mucho.
Al final acabamos en la Room y yo casi me suicido. Un chundachunda horrible que no oía (¡gracias!) hacía mucho tiempo y que me obligó a emborracharme para poder soportar la situación. Horrible.
Al día siguiente, que era sábado sabadete (con camiseta nueva pero sin polvete, aunque ganas no me faltaban), decidí que voy a adoptar un perro. ¡¡Y mi madre aceptó!! Seguramente iré a por él la semana que viene. iiiiiihhhh!!!! (ya sabéis, grito de felicidad).
Por la noche vimos EL PRIMER CAPÍTULO DE LA SEGUNDA TEMPORADA DE LOST. AAAARRRRRGGGGGHHHHH!!! Muerte. Fue increíble, espectacular, una caca trrrrrremenda... Pero hasta aquí puedo leer, no voy a ser tan cabrona de revelaros qué pasa con la escotilla, jeje. ¿O sí? Bueno, quizás otro día.
Por la noche quedamos Ros, Rebe, Eloy, Fede, Beavis, Ana, Satán, NoPaula, Martha y yo. Lo mejor fue que Sati ¡¡se trajo a Francos y su novia!! (¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué Francos tiene novia?) Bueno, yo tampoco me puedo quejar porque no le tuve que soportar...
Luego acabamos la noche en la Sala Sol, pero no os puedo contar mucho porque apenas me acuerdo... Sólo sé que había chinos en la calle vendiendo plátanos. Fascinante.
Y ya para terminar, el domingo estuvimos Ana y moi en mi casa sufriendo como perras mientras veíamos La Pasión de Cristo (es un peliculón, pero qué horror) y volvimos a ver Lost, esta vez en el Starbucks...