¿Cómo se puede ser tan gilipollas?

Me refiero a mí misma. Ayer conocí a un chico que me encantó en el FNAC cuando intentaba entrar al concierto de James Blunt. Estuvimos hablando un montón, sobre todo de música. Yo supuestamente iba a hacer una crítica del concierto, así que al final conseguí colarme. Pero claro, cuando salí el chico ya no estaba. ¿Por qué soy tan gilipollas? Me sé de memoria Friends y Sexo en NY, se supone que estoy entrenada para pedir el teléfono de alguien, ¿no? AAARRGGGHHH!!!

Por cierto, ayer estuvimos con Lore por Malasaña. Estuvo bien, pero estábamos muertos, por lo que acabamos comprando comida en el Sprint y comiéndonosla en la casi ex-casa de Lorelaaaaay. En nuestro camino hacia el Sprint unos pavos empezaron a gritarnos "¡¡Chatas!! ¡¡Eh, Chatas!!". ¿Quién eres, Arturo Fernández? He llegado a la conclusión de que la palabra "Chata" es una de las más feas y denigrantes del mundo mundial. "Chata tu polla", acabé contestando. ¡¡Gilipolleces a mí!! Venga hombre, vete un rato a mamarte la polla al baño, que fijo que te quedas a gusto. Con esto ya estáis advertidos: jamás me llaméis "chata", "chatina" o cualquier variante de ello. ¡¡He dicho!!