domingo, enero 08, 2006

Entre Carries


Dios. No puedo parar de llorar. Acabo de ver el último capítulo de Sexo en NY y he vuelto a deprimirme. Si es que soy una puta masoquista.
Mientras jodo el ordenador empapando las letras me he dado cuenta de que estos últimos días he estado entre dos Carries:
- He sido Carrie Bradshaw mientras la veía pasear por NY, llorar por culpa de Big y demás cabrones... Bueno, sé que desear ser ella no es algo original. De hecho la mayoría de las féminas ha deseado ser ella más de una vez. De hecho gracias a Carrie he decidido que voy a empezar a comprarme el Vogue y gastarme mis (cada vez más escasos) euros en trapitos. Jamás creí que diría eso.
- ...Y he vuelto a convertirme en Carrie la de Stephen King, sí, mi ídolo sangriento y el de Mary "Superstar" Katherine Gallagher. AAAARRRGGGHHHH!!!!! (¿lo echabais de menos, eh?). ¿Y pug cuá? Pues porque la jodida, zorra y putísima cadena de Espe (uséase, Telemadrid) ha decidido emitir un jodidoputoprogramademierda que es prácticamente igual al que nos hemos estado currando MaríaResina, Elvira, Sara y yo-Carrie. Resultado: hoy a las ocho de la mañana nos hemos ido a casa de Elvira (¡Toledo!) para empezar de cero y hacer un nuevo reality que jamás se haya visto y del que no pienso hablar aquí para evitar "homenajes" globomedianos. Al menos al recordar esto último he dejado de llorar... para pasar a un estado de malahostia irreversible. Perfecto.

Y aprovechando el buen humor que rebosa por los poros de mi cada vez más arrugada piel voy a relatar nuestra llegada a Fuensalida, lugar de residencia de Elvira.
Pues bien, a eso de las nueve y cuarto llegamos a la entrada de Fuensalida. Mientras esperábamos a que Elvira viniese a por nosotras, Sara, Resina y yo aprovechamos para estirar las piernas y sentir un poco de hipotermia, envidiosas que estábamos de David Meca. Cuando por allí pululábamos, un perropatada acercóse tras decidir que estaba aburrido de rebozarse por las bolsas de basura que se hallaban en una finca cercana. El pequeño pulgoso comenzó a saltar como si fuera una jodida rana perdida por las tierras toledanas. Por suerte, sólo brincaba alrededor de Sara y Resina. Como parece que la boca sólo me la pusieron para decir barbaridades y gafadas, de ella salió un "jo, a mí no me quiere...". Y el puto pulgoso oyóme y limpió sus putas patas en mis putos vaqueros limpios, con lo que el puto barro que había en sus putas pezuñas pasó a estar en mis ya no tan limpios putos vaqueros. Y como la puta Ley de Murphy existe, empecé a huir del puto pulgoso, metiéndome en el puto césped y creando una estupenda segunda suela de barro en mis semi limpias All Star.
Mientras divorciaba el barro de mis queridas zapatillas (dejando un bonito rastro en el borde de la acera) llegó Elvira. Resina y Sara corrieron cual keniatas famélicas hacia mi coche, puesto que nuestro querido amigo pulgoso en el interior del vehículo quería entrar.
Finalmente conseguimos librarnos de él y del barro. Espero que las pulgas no nos siguieran.

1 Comments:

Blogger praito said...

carrie es mi idola

5:02 p. m.  

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