La Manga de mi chaleco

Tras volver de las Fallas (lo sé, lo sé, tiempo ha de ello) decidimos que Madrid estaba muy visto y Elvira, Tania, David M3, Sara, Resi y una servidora agarramos las maletas para ir a un supuesto concierto de La La Love You en Murcia, actuación jamás acontecida. Gorroneamos a la abuela de David M3 su casa de La Manga y nos lo pasamos genial. El viernes por la noche estuvimos en la playita con la guitarra, musiquita (el momento Yellow...) y algo de alcohol. También practicamos el Sumo, del que obviamente resulté ganadora... Y ya en casa, un mus trasnochador que nos hizo conocer el lado oscuro de Sara, con roscos en la cara y vueltas al ruedo incluidas. Dios, parecía Mónica de Friends.
El sábado por la mañana, cual lagartos a la playa. Elvira, que es una chicarrona de Toledo adicta a mojarse, decidió darse un baño, acto al cual yo me sumé. Aún me pregunto qué razones me impulsaron a tal suicidio. Cuando de hipotermia estaba empezando a fallecer, me di cuenta de que Elvira también lleva a un pequeño Satán dentro de ella. Como si de nuestra querida Sati se tratara, me dice: "Mete la cabeza, que ya verás como se te pasa el frío". ¿Por qué soy tan ilusa? Si me hubiesen tirado de cabeza desde el Empire State no me hubiese dolido tanto. Pero ahí no acaba la cosa, noooo. Debido a mi estado semi cadaveresco, la Malvada Elvira volvióme a convencer para que repitiese la jugada, y claro, ahí ya casi muero del todo. El poco sentido que me quedaba consiguió sacarme del agua mientras Elvira se quedaba chapoteando y hablando con sus amigos los cangrejos perdidos.
Por la tarde estuvimos haciendo de brujas y echándonos las cartas para ver si nuestros queridos nos querían. A Resi las cartas le revelaron que era bollera, pero la peor parada fue Tania, que le salió que su novio pasaba de ella y encima se fijaba en la rubia putón (¡¿cuántas posibilidades había de que saliera?!). Tras nuestro intrusismo en la magia estuvimos jugando al fascinante "culo", juego en el cual siempre acababa perdiendo y sintiéndome como el culo, nunca mejor dicho (chiste malo, lo sé). Por la noche David decidió que era la hora de matarnos (como buen murciano asesino), así que nos llevó a las afueras de la Manga por unas calles abandonadas y llenas de niebla. Por suerte, debió cambiar de idea, y nos llevó a una discoteca a la que decidimos no entrar porque había que pagar, por lo que nos quedamos en un chiringuito del Mar Menor viendo una exhibición de Capoira y jugando a "¿Tú follas?", juego malvado en el que muchos quisimos morir. A la vuelta la muerte nos seguía rodeando, y Tania aportó su granito de arena con su historia sobre una mansión, gritos y encontrarte a ti mismo gritando. Caquita total.
El domingo ya nos volvimos. Gracias a mi copiloto David engordé 17 kilos. Pero eso no me importó porque por fin conseguimos comprarnos el CD de Parrita, gran cantante que se ha convertido en uno de nuestros grandes ídolos idolatrados.
Pero lo mejor de todo fue la composición del Blues de La Manga, que resume el viaje y aquí reproduzco:
Estamos en La Manga
Mirando las estrellas
Llevo puesto el tanga
Y hace un frío que pela

Los pezones como escarpias
Todo el mundo me mira
Voy dejando marcas
Por todas las esquinas

No tengo ningún cerdo
Sólo pillo perete
Me siento como un lerdo
4, 5, 6 y 7

Si a las cartas gana Sara
Da la vuelta al ruedo
Te hace un rosco en la cara
Ojalá se caiga al suelo

Hemos jugado a culo
Ha ganado Tania
Qué Presi más garrulo
Pá gobernar España

Elvira se ha bañado
Parecía una sirena
Paula la ha acompañado
Parecía una ballena

La pitonisa Elvira
Nos ha echado las cartas
Y ha dicho que María
Es una come-rajas

Con David me voy a casar
Sólo quiero su bizcocho
El que hace su mamá
Y yo me pongo gocho

Nos vamos de La Manga
Estamos de bajón
Ya me he quitado el tanga
David no nos mató.