sábado, julio 22, 2006

Livin' the vacations

Heme aquí de nuevo... Disfrutando de mis vacaciones. Y es que no me puedo creer que después de cinco largos años pueda tener unas semanas de relax absoluto, sin preocuparme de trabajos, exámenes y demás. Ahora estoy en Madrid gorroneando casas ajenas porque mi casa se encuentra en un estado de absoluto caos, y es que mi madre ha decidido transformar la casa entera. Resultado: no hay quien pise mi casa. Eso sí, mi habitación está quedando de lo más... Bueno, realmente IBA a quedar de lo más, porque ayer vi la pintura que yo misma había elegido y no me ha convencido mucho...
Os cuento los hechos más relevantes de las últimas semanas:
Hace un par de semanas me dio el yuyu y me fui a San Fermín, ésa gran fiesta nacional donde hay más guiris que españoles. Estaba el viernes en mi desastrecasa (cuando aún se podía estar en algunos metros cuadrados) deprimida porque no podía ir a San Fermín. Y es que pensaba ir con mis amigas de Gijón, pero ellas iban el domingo y yo el lunes tenía que currar. Y de repente, recibo un mensaje de Resina proponiendo ir. Oeeeeee!!! Así que el sábado tempranito, coche de mi padre mediante, nos fuimos hacia Iruña Resina, David M3 (compañero inseparable de los globoviajes) y una servidora. Tras parar en Burgos para hacer la compra del finde y maravillarnos del sistema de bolsas y carros del Alcampo burgalés, llegamos a Pamplona a mediodía. Decidimos quedarnos en el parque Tamagochi, donde aún no me creo que pudiéramos aparcar nada más llegar. Raudos y veloces nos fuimos a comprar cerveza (en San Fermín hay que estar borracho todo el día). Estuvimos unas horas vegetando en el parque mientras nos deleitábamos con el truco de magia que nos había tocado en el Phoskitos (¿Dónde está la reina, dónde está la reina? Se fue con Maradona...), no sin antes "tatuarnos" con las calcamonías de Superman procedentes de los Bollycao. Se me ocurrió que Johnny podría estar en Pamplona y resultó que sí, que estaba. ¡Y con nueva novia! Nos vimos un rato (su nueva novia es muy maja) y nos fuimos para el centro. De camino conocimos a un increíble señordueñodeunpuesto de helados que era como Mariñas, pero más maricón y borracho.
Estuvimos esperando el nunca ocurrido concierto de Mike Rivers en la Plaza del Castillo con nuestros recién adquiridos sombreros de cowboy y una botellita de vodka. Y ya poco más puedo contar, porque no me acuerdo. Sé que conocimos a unas americanas de Michigan, a unos malagueños y que vimos a un tío que explotaba condones con la cabeza. Y entre medias, Resina y yo presenciamos la increíble conversación de David con un francés sobre las nulas aptitudes de Barthez... todo esto sin saber el uno francés y el otro español. Grande.
A las 6.30 de la madrugada desperté en el coche sin entender muy bien qué hacía allí. Nos fuimos a la plaza a ver el encierro. Lo más grande fue la vaquilla Madonna (llamada así porque tenía un cuerno a lo microfóno madonnaniesco), que saltó al callejón y lo intentó otras tantas veces.
A mediodía iniciamos la vuelta a la capital, no sin antes parar a comer en Donosti, aunque no pudimos disfrutarlo mucho porque había que volver pronto, no fuera a ser que se me cayeran los ojitos rodando del sueño que tenía...
Bueno, en la próxima entrega contaré mi viaje express a Gijón y sus fiestas. Un adelanto: sidra, sidra y más sidra.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Minuciosa a la par que acertada crónica sanferminera... quién estuviera allí poniéndose tatoos del bollycao por todo el cuerpo!!...Por cierto, creo que se te olvidó mencionar lo de los sombreros de vaca! repetiría mil veces ese viaje...

besinnnn

12:16 a. m.  

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